miércoles, 3 de diciembre de 2008

Los comunicadores no siempre son buenos periodistas


Una futura escuela de periodismo genera debate
Por: Pablo Peralta


La creación de una escuela de periodismo en Bolivia ha generado diversas posiciones en los ámbitos académicos, gremiales y periodísticos. Sin embargo, la discusión está ausente en la carrera de Comunicación Social de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), pese a que está en cuestión la calidad de la formación que reciben los estudiantes.

Para llenar en parte ese vacío, Una Palabra Mensual ha conversado con diferentes personalidades, sobre este asunto impulsado por la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP) y la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), que aglutina a los dueños de los medios de comunicación en Bolivia. Ambas entidades se unieron para crear la Fundación para el Periodismo, cuyo objetivo es dar forma a la escuela.

Según Renán Estenssoro, ex presidente de la APLP y promotor y gestor de esta iniciativa durante su gestión, la finalidad de la fundación es crear la escuela de periodismo, lo que implica desde conseguir los recursos económicos, hasta elaborar la malla curricular, “armar todo”.
Germina el proyecto

Estenssoro, actualmente jefe de Prensa del canal de televisión PAT, cuenta que la idea nació debido a la inexistencia de la carrera de Periodismo en las 44 universidades que hay en Bolivia. A esto se suma el trabajo deficiente que se ha observado en varios comunicadores que se han dedicado al periodismo.

Una constatación le dio el impulso inicial al proyecto y es que de todos los comunicadores egresados pocos escogen el camino del periodismo, y los que lo hacen “llegan a las redacciones generalmente con capacidades muy deficientes, muy limitadas, con una visión muy reducida de lo que es el periodismo, y con muy poca vocación hacia el periodismo”.

Juan Javier Zeballos, secretario ejecutivo de la ANP, cree que las deficiencias que se observan en las salas de redacción de los medios de comunicación se deben a que las universidades forman comunicadores y no periodistas. El problema radica en que se gradúan “con todas las herramientas juntas y ninguna de ellas en profundidad”.

El también es vicepresidente del directorio de la Fundación para el Periodismo explica que la escuela será autosostenible, lo que quiere decir privada, o sea que los estudiantes tendrán que pagar por estar en ella, aunque para empezar están buscando finamiento a través de organizaciones internacionales.

El inicio de actividades, según Zeballos, estaba previsto para febrero de 2009, pero a causa de la lentitud en la tramitación de la personería jurídica, habrá un retraso. Mientras, la fundación realizará seminarios y talleres de capacitación y actualización a periodistas en ejercicio.

Con trabajo “casi” seguro

Las personas que pasen por la escuela tendrán trabajo “casi asegurado”, afirma Estenssoro, porque saldrán de una institución cuyos dueños también son propietarios de los medios de comunicación. “Se redondea la idea, porque no vale la pena que formemos periodistas y que de pronto salgan ellos al mercado laboral y que no tengan posibilidades de trabajar”.

Lo que se busca con esta iniciativa es formar periodistas como tal, asegura a su vez Zeballos, ya que “en las universidades lo poco de periodismo que se enseña es un periodismo teórico. Lo que nosotros queremos es un periodismo práctico, periodismo de calle”.

Por ello, la fundación se ha propuesto que los estudiantes de la escuela de periodismo tengan la posibilidad de practicar en los medios de comunicación desde el inicio de la carrera. El vínculo con la ANP es lo que permitirá este acceso, lo que no ocurre con las universidades, aclara Zeballos.

Vista desde la universidad

En Comunicación Social de la UMSA, que acoge a más de cuatro mil estudiantes, no hay suficiente información al respecto, sostiene su directora, Gabriela Sotomayor. Sin embargo, ella piensa que con esta institución se busca “hacer negocio con el periodismo”.

En todo caso, la Directora no ve a la escuela de periodismo como una amenaza. El 60% de las personas que trabajan en los medios de comunicación de la ciudad de La Paz, dice, egresaron de la UMSA; no obstante, que el 90% de los que egresan se dedican a las relaciones públicas. “Nosotros tenemos un recorrido de 25 años. Ellos recién van a empezar. Seguramente sus primeros profesionales los veremos en unos cinco años. Ahí evaluaremos la calidad de sus profesionales”.

Sin embargo, no dejó de mencionar que actualmente está en curso la realización del segundo congreso interno de la carrera, cuya fase de autodiagnóstico se realizó en octubre. Ahí se podrá discutir sobre un mejor proyecto y malla curricular que “conecte mejor la teoría con la práctica”.

Por su parte, Juan Cristóbal Soruco, director de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Católica San Pablo de la ciudad de La Paz, considera que se trata de una buena iniciativa que llena un vacío. No obstante, espera que la escuela centre “su fuerza en gente que ya ha salido de las universidades, para capacitarlos y especializarlos mejor”.

Soruco asumió esa dirección desde fines de septiembre y está consciente de que el pensum es “muy general”, por lo que pretende llevar a cabo un proceso de evolución interna. “Creemos que vamos a tener que trabajar en un arreglo de tornillos para tratar de definir un poco mejor esta generalidad a lo más concreto”.

Una mirada desde los medios

“A mí me parece una buena iniciativa, tomando en cuenta que los estudiantes actualmente salen de las carreras de Comunicación, entre ellos me incluyo yo, con muchas deficiencias para desenvolverse en una sala de redacción o en la calle para buscar información”, sostiene Mery Vaca, jefa de Informaciones del diario La Razón. Una escuela de periodismo permitirá especializar a los comunicadores y convertirlos en periodistas.

Carlos Morales, jefe de Redacción del diario La Prensa, aplaude la iniciativa, aunque cree que para resolver los problemas en la formación en los comunicadores se debe trabajar en un proyecto estructural que implique la inclusión del “tema comunicación” desde la educación escolar. ”Creo que habría que pensar en programas de estudio más ambiciosos en la escuela y mucho más especializado en las universidades”.

En cambio, Andrés Gómez, director ejecutivo de la Red Erbol, prefiere esperar a que el proyecto se cristalice para ver “la intencionalidad y objetivo” de esta iniciativa académica. Sin embargo, está convencido de que sin talento ni vocación los estudiantes pasarán a las filas de desempleados o explotados laboralmente sin importar dónde estudien.

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