jueves, 27 de noviembre de 2008

Entrevista:

El premio Ortega y Gasset 2008 practica el periodismo que aprendió en la universidad

Contar historias de largo plazo, la clave de Gervasio Sánchez
Por: Pablo Peralta

Nació en Córdoba, España en 1959. El periodismo lo sedujo de niño cuando comenzó a leer periódicos interesado en lo que ocurría más allá de su país.

La fotografía forma parte de la vida de Gervasio Sánchez desde que viajó con una cámara fotográfica. Nunca hizo un curso, pero tuvo la suerte de encontrase en el camino, y aprender, con los mejores fotógrafos del mundo. Él está convencido del poder de una imagen.

Desde 1988 mantiene relación con el periódico Heraldo de Aragón; ha sido enviado especial de este medio a varios conflictos armados. También colabora con la Cadena Ser y con el Magazine de La Vanguardia. Desde 1994 lo hace con la BBC en español. Y desde el 2000 con la revista Tiempo.

Vidas Minadas es un proyecto que retrata las consecuencias de las minas antipersonas en la población civil de Afganistán, Angola y Camboya. Se originó por un encargo que le hicieron y que coincidió con el cansancio que tenía por el periodismo tradicional. Necesitaba fotografiar de otra manera lo que ocurría a su alrededor. El premio Ortega y Gasset, que recibió en abril de 2008, evidencia que su inconformismo iba por buen camino.

Decidió ser free lance al no encontrar en una sala de redacción lo que buscaba, pues nunca tuvo libertad para elegir sus propias historias. Cuando tomó la decisión, costeaba sus viajes con lo que ganaba como camarero. Hoy vive de su trabajo y establece el ritmo y los plazos de sus historias.

¿Usted cree que un periodista debe estar desvinculado emocionalmente de una fuente? ¿Deberían existir "límites" con una fuente? Esta pregunta se refiere a la relación que tiene con la persona que aparece en una foto con su hija y con la que ganó el premio Ortega y Gasset 2008; una relación de años.

Un periodista debe ser riguroso en la manera de plantearse su trabajo. Si está o no está vinculado a una fuente es parte de su intimidad. Lo que yo hago en Vidas Minadas y en otros proyectos es documentar historias a largo plazo y lógicamente tengo que tener una buena relación con las personas a las que fotografío. Pero son ellos los que deciden su vinculación con el proyecto y también conmigo.

¿Qué es lo que un periodista debe tener presente al momento de hacer cobertura sobre las consecuencias del uso de armas en las personas?

Un periodista debe documentar las tragedias que ocurren a su alrededor. Lo que yo hago es periodismo puro, el que me enseñaron en la universidad. Aunque a veces los medios de comunicación traicionan sus obligaciones y dedican escaso espacio a los problemas verdaderos.

¿Para usted, de qué debe alejarse un periodista para no caer en la rutina periodística, que hace que a veces las cosas horrorosas ya no nos conmuevan?

El periodista está obligado a documentar lo que ocurre con rigor informativo y buscar otras maneras de mostrar la realidad. No es necesario caer en el sensacionalismo para mostrar el drama humano. Las víctimas tienen derecho a la dignidad y nuestro respeto. Hay que mostrarlas de la manera que nos gustaría a nosotros mismos que nos mostrasen si estuviéramos en su lugar. Y si no están de acuerdo en salir en una historia hay que respetar totalmente su decisión.

¿Usted cree que el periodismo se está alejando de la visión de informar y se está convirtiendo en, más que todo, una mercancía regida por el mercado mediático?

El periodismo, especialmente en el medio televisivo, está sometido a los vaivenes del comercio y lógicamente cada vez se aleja más de la obligación de informar. Hace 20 años una historia duraba tres minutos en la televisión y hoy apenas aparece como una cola de diez segundos. Los directivos mienten cuando afirman que la audiencia no está interesada en las historias profundas. Lo que pasa es que está luchando por el mercadeo de la audiencia sin importarles las permanentes violaciones del derecho al periodismo que tiene toda sociedad.

¿Cuál cree que es la solución para los males del periodismo y del mundo de hoy?
Que los directivos fueran valientes, una entelequia por otra parte. Cada día es más estrecha la relación entre los medios de comunicación y los poderes ajenos a ella, por lo que en los puestos clave casi nunca están los mejores sino los más pusilánimes y dispuestos a traicionar los principios básicos del periodismo.

¿Qué cosas se puede hacer desde el periodismo para detener esta ola suicida de guerras y cosas peores?

Si hubiese una mejor información sobre la tragedia de las guerras y sus terribles consecuencias. Si los medios indicasen con claridad los negocios que se hacen a partir de cualquier guerra. Si se informase de la relación de las grandes multinacionales del petróleo y otras materias primas con los regímenes más corruptos del mundo. Si se dijese que nuestros líderes políticos están siempre mintiendo sobre los papeles que juegan en el desarrollo de los conflictos. Entonces, quizá la opinión pública, anestesiada por la propaganda y su permanente desinterés por lo que ocurre más allá de sus fronteras físicas, se plantease con seriedad pedir responsabilidades.

¿Cómo es un día en la vida de Gervasio Sánchez?

Podría decir que si hago periodismo de actualidad estoy obligado a trabajar desde la siete de la mañana hasta las 12 de la noche. Normalmente, cuando viajo a Irak, Afganistán o cualquier otra zona de conflicto escribo, hago radio y fotografío. Sólo con un ritmo frenético puedo llegar a todo. Cuando, en cambio, trabajo en una historia a largo plazo (por ejemplo, estoy haciendo fotos en la actualidad para una exposición en septiembre de 2010), me tomo las cosas con más calma e intento establecer buenas relaciones para que mis historias tengan más fuerza y profundidad. En ambos casos vivo el periodismo las 24 horas del día.

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